Te vi el sábado. Te vi tan guapa, tan radiante y tan agresivamente hermosa. Yo en cambio me sentía nervioso, agotado del corazón y con humedad en los ojos
Tuvimos que convivir unas cuantas horas debido a las casualidades de la vida y no quería que vieras que mi corazón podía estallar y traicionarme en cualquier momento.
¿Será acaso tu altura convencional (1.63 am aprox.) que siempre me volvió loco? ¿o tal vez es tu figura esbelta, compacta, delicada como una flor que crece una cada cien años? o presumo que puede ser tu par de ojos cafés que siempre vi con muchísimo amor y que al día de hoy me hipnotizan, me penetran y me recorren hasta el más profundo de mis pensamientos…
¿Soy un masoquista sabes? porque siempre supe que por alguna de esas extrañas razones de las que siempre me han sucedido te iba a ver en ese espacio que compartimos. Mi cuerpo necesitaba verte, sentirte, olerte y ver que estas bien. Me hizo feliz ese breve periodo de tiempo compartido aunque también me dolió y apenas pude soportarlo.
Despedida, beso en la mejilla y una mirada de tristeza es mi última acción antes de regresar a mi vida sin ti. Espero estés disfrutando por ambos, porque cuando yo empiece a hacerlo, tendré que perdonarte.
El mejor perdón es el olvido.
Ha pasado una semana y volvimos a encontrarnos. Hoy fue diferente, te sentí más distante que otras ocasiones aunque tal vez soy yo porque puede que poco a poco te esté echando al olvido.
No hubo mayores contratiempos hoy, aunque aún dentro de mí sigo deseándote como un loco, como la primera vez que te tuve en mis brazos.
Algo ocurrió y me partió en dos como un rayo a un árbol: miré mi reloj y constaté que llevamos casi medio año separados. Definitivamente algo se rompió dentro de mí y ahora estoy desconcertado pues poco a poco voy sacándote de mi cabeza y de mi corazón.
¿Me siento mal por ello sabes? Espero pase pronto porque no quiero detenerme más con tu recuerdo que me persigue a todas horas y que no quiere dejarme ver lo que en realidad sucede:
Terminamos, ya sales con alguien más y yo prefiero vivir un duelo por tu pérdida que sentirme solo en compañía tuya. Gracias por todo y no olvides lo que dije en mayo:
Eres el amor de mi vida.